Las obras de remodelación de las piscinas municipales han convertido el recinto en un parque acuático. Según el concejal de Deportes, es «uno de los más espectaculares de Aragón».
Desde el primer momento supuso un reto acabar los trabajos en la primera quincena de junio. El diseño del arquitecto David Ardanuy cumplió el deseo del ayuntamiento de ofrecer a los bañistas una instalación en la que primasen «los juegos y la diversión».
Los toboganes, «enroscados» entre sí son la atracción estelar (el descenso por el más ancho se hace en un flotador de dos plazas). Para llegar a lo alto de la llamativa estructura hay que subir varios tramos de escaleras. En los perímetros de los vasos predominan las curvas, y los nadadores deportivos disponen de una zona de 25 metros de largo por unos 15 de ancho.