Los grandes diseños están hechos para perdurar en el tiempo y traspasar la futilidad de las modas. Es el caso de la silla de la que os hablamos hoy, el modelo Estándar de Jean Prouvé. Quizás no sea tan reconocida como otras piezas coetáneas pero sin duda, es uno de los grandes éxitos del diseño industrial de la que hoy en día se siguen produciendo ejemplares.
Jean Prouvé es uno de los más destacados representantes del movimiento Moderno francés. Ingeniero de vocación pero con formación en la forja artística debido a la falta de medios de su familia es el creador de la escuela de Nancy.
En 1924 abre su taller y aunque al principio sus creaciones están muy influenciadas por el Art Nouveau, pronto abraza el estilo del Movimiento Moderno. Su taller crece y se transforma en una verdadera industria y allí crea multitud de piezas, desde herrajes hasta casas prefabricadas.
Por su carácter rehúye de ser “una estrella” ya que piensa que la importancia de un diseñador reside en sus piezas, no en su personalidad. Esto se traduce de alguna manera en sus diseños que si bien no revisten la espectacularidad de las de otros compañeros, son verdaderas obras maestras del diseño funcional.
Una de sus piezas más importantes es la llamada silla Estándar. Es un ejemplo de la filosofía de Prouvé a la hora de diseñar: su preocupación por los requisitos estructurales por encima del ornamento.
Se trata de una silla de líneas sencillas y rotundas, creada con una estructura de metal que solo tiene el respaldo y el asiento de madera. Este modelo fue perfeccionándose con el paso de los años y también se conoció como Silla Cafèteria.
Hoy en día la produce Vitra, una firma de prestigio dedicada a el mobiliario contemporáneo. Es una prueba más de la genialidad de este diseño original de 1934, el hecho de que casi 80 años después de su concepción siga produciéndose y decorando interiores de miles de hogares en el mundo.
A diferencia de otras piezas clásicas del diseño, su apariencia discreta hace que no podamos considerarla como uno de esos muebles que por si solos marcan la diferencia en nuestra decoración; como si podrían hacerlo otras sillas o sillones de Prouvé. Sin embargo, es una pieza que puede dar ese “no sé qué” especial en nuestro comedor, integrándose de forma natural con el resto de nuestros muebles.
Hoy en día puedes elegirla en diferentes maderas y acabados para conseguir exactamente ese detalle que buscas para tu hogar.
¿Te atreverías a colocarla en tu salón? Te aseguramos que nunca pasará de moda.