Hoy queremos compartir con vosotros una de las piezas de diseño que más nos gustan Se trata de la Panton Chair, una silla de polipropileno que habrás visto innumerables veces en películas, revistas de decoración o en museos. Quizás incluso en restaurantes, hoteles o viviendas. Sin embargo, su historia es también parte de la historia del diseño del siglo XX y de cómo en ocasiones solo es necesario que alguien crea firmemente en una idea para hacerla realidad.
Verner Panton era un arquitecto y diseñador danés que fundó su propio estudio en 1955 después de haber trabajado para el gran Arne Jacobsen. Durante años, creó numerosos diseños de sillas y lámparas.
Es en esta época cuando se propone diseñar una silla cantiléver de plástico. Esto significa que parte de la estructura de la silla, concretamente la parte dónde nos sentamos está en voladizo, es decir, no tiene patas traseras que sujeten y esa parte queda suspendida en el aire.
Hoy en día puede parecer una idea común, pero entonces era algo nunca visto, de hecho, no encontraba ningún fabricante que quisiera apoyar algo tan atrevido y tan complicado técnicamente. En el mercado ya existían sillas cantiléver pero ninguna de ellas de plástico. La casualidad hizo que durante una visita al estudio Rolf Fehlbaum, miembro de la familia fundadora de Vitra, viera un prototipo de esta silla.
Quedó maravillado y preguntó porqué no se fabricaba esa silla. Panton le contestó que no se sostenía, que no servía para sentarse. Fehlnbaum decidió que podrían hacer que fuera funcional y llamó a sus técnicos.
Hacer que el diseño de la Panton Chair funcionara parecía un reto imposible. Había que buscar el equilibrio entre el audaz diseño de Verner Panton y las posibilidades que ofrecía el plástico entonces y los requisitos de fabricación.
Finalmente, tras años de trabajo, investigación y desarrollo de prototipos consiguieron editar una pequeña tirada. Es 1967 y su innovadora forma y rabiosos colores hacen furor. Sin embargo, el proceso de fabricación es demasiado caro y laborioso como para hacer frente a la demanda. Empiezan a utilizar otro tipo de material que al final resulta poco resistente y tras numerosas roturas y quejas de los clientes a Vitra, se decide suspender la fabricación en 1979.
Sin embargo, Vitra no deja de creer en el maravilloso diseño de Panton, y en 1990, recupera el modelo fabricándolo con espuma de poliuretano rígida y un laborioso acabado, aunque con más resistencia a la rotura. Esto hace que el precio de la pieza sea muy alto y se aleja del concepto de pieza industrial de calidad a precio asequible.
A finales de los años 90, la tecnología de los plásticos da un salto y esto anima a Panton y a Vitra a recuperar el proyecto original. Colaboran en el desarrollo de una nueva versión en polipropileno y así, 30 años después del primer lanzamiento se hacía realidad el sueño de Panton.
Como véis, esta pieza en apariencia sencilla tiene detrás toda una historia de pasión, tecnología e investigación. ¿La llevarías a tu hogar?